Se ha imaginado usted alguna vez como sería el paraíso reservado para todos los hijos de Dios. Talvez un lugar con ríos y lagos cristalinos, vegetación sana y muy colorida, animales de todo tipo en forma doméstica, en fin, paisajes llenos de belleza, quietud, paz sin problemas ni stress, todo en armonía y gozo cada día, y un descanso total. Hasta este momento todo suena muy bien verdad, pero hagamos una pausa aquí. (descanso) Lo invito a visitar el paraíso en el libro del Génesis. El paraíso de nuestros padres Adán y Eva era algo parecido a lo que hemos imaginado, con la excepción que Dios por haber creado al hombre a su imagen y semejanza le dio también ocupación. (Génesis 2:15) dice: Tomo pues, Jehová Dios al hombre y lo puso en el jardín de Edén, para que lo cultivase y labrase. Entonces nos damos cuenta que Dios quiere que sus hijos estén ocupados en algo como él lo hace. (Juan 5:17) Dice: Pero Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja; también yo trabajo. Hay quienes aún piensan que el trabajo Dios lo dio como castigo por la desobediencia de nuestros padres, (Génesis 3:17-19) pero lo cierto es que la tierra fue maldecida a causa del hombre y el trabajo se convertiría en gravoso y doloroso para poder lograr el sustento diario, significa que la ocupación que Dios le había dado al hombre era todo lo contrario, sin dolor ni sufrimiento para poder lograr el sustento diario, pero jamás lo envió a un descanso total.
No sé cuál sea tu ocupación querido hermano, más te animo agradecerle a Dios, y a suplicarle que te de contentamiento en lo que haces, para que sea bendecido el pan que llevas a tu mesa. El Señor te bendiga.
Nelson Carrillo