Navidad, tiempo de celebrar, tiempo familiar de abrazos y regalos, tiempo de villancicos navideños, arboles, luces y fiestas, tiempo de compras de afanes materiales y ricas comidas. Tiempo que aprovecha el mercadeo para atrapar al consumidor que corre de aquí para allá. En esta meditación, la idea no es echar a perder la buena ocasión del fervor navideño, más que no falte un tiempo de reflexión de lo que en realidad celebramos. » Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamara su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz» (Isaías 9:6) Si bien el apóstol Juan, en su evangelio no nos detalla el nacimiento del Mesías, más lo resumió todo diciendo: » En el principio era el Verbo, y el verbo era con Dios, y el verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres». (Juan 1:1-4) Entonces recordemos el acto de amor más grande sobre el universo, Dios mismo encarnado. Pase una feliz navidad. Maranatha (Jesús viene)
Nelson Carrillo.
