Power Ball

Hace unas semanas tuve la oportunidad de viajar a los Estados Unidos, país de abundancia y muchas riquezas, en ese tiempo la lotería nacional se había acumulado tanto que creo que jamás había visto un premio tan inmenso en millones que se jugaban en la historia de ese país. Era un millar y medio de dólares se imagina mil quinientos millones de dólares, los seven eleven y demás kioskos de venta de lotería reportaban largas colas, todo el mundo deseaba jugarse la suerte tratando de adivinar cuál sería el número premiado y hasta personas del exterior del país compraban vía internet o por encomienda billetes de la Power Ball.

Se me venían a la mente, las preguntas que cualquiera se haría: ¿Y si me la ganara que haría con tanto dinero? Y comienza una lista interminable de castillos en el aire, poniendo prioridades en cómo invertir o gastarse el dinero, y luego me pregunte, secularmente es quizá normal pensar como todo el mundo. ¿Pero para un hijo de Dios es correcto el envolverse en esto? Y me pregunte: ¿que dice Dios con respecto a esto?

Es cierto que Dios no está en contra de la prosperidad, pero que sucede cuando se involucran dos factores al comprar loterías. Adivinanza y ambición.

1-Adivinacion, se trata de adivinar cuál sería el número premiado, que es muy diferente a la suerte, la adivinación es un estado de acción, y la suerte se presenta en un estado pasivo. Me refiero a que la suerte es parte del destino que Dios tiene preparado para cada individuo, y la adivinación siempre es inducida por alguien. Que dice la biblia de la adivinación: Es la práctica de antever o vaticinar acontecimientos futuros. Y era prohibida para el pueblo judío. (Levítico 19:26, Deuteronomio 18:10.)

2-Ambicion, existen muchas ambiciones en la vida de cada ser humano, la biblia dice: Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos se extraviaron de la fe….(1 Timoteo 6:10)

En conclusión, hermano te invito a que medites en esto, y vayas al Sermón del Monte (Mateo 6: 25-34) y veras que nuestro Padre que está en los cielos provee y conoce todas nuestras necesidades. Si confiamos en las riquezas más que en Dios, que es nuestro Padre, no estaremos dejando que Èl desarrolle en nosotros todo ese potencial de fe, y que veamos en el diario vivir las maravillas y grandezas que solo Él puede hacer con sus hijos.

¿Yo tome mi decisión cual es la tuya?

 

Nelson Carrillo.

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